Martes, II Semana. Tiempo Ordinario
“Es que la Ley del Sábado debe estar al servicio de la vida y de la fraternidad” (Mc 2, 23-28)
Feria o Memoria de la Virgen María
Color: AZUL O BLANCO O VERDE
19 de enero de 2021
(Del 18 al 25 Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos)
Primera Lectura: Hb 6, 10-20
Lectura de la Carta a los Hebreos
Hermanos: Dios no es injusto como para olvidarse de su trabajo y del amor que le han demostrado sirviendo a los santos ahora igual que antes.
Deseamos que cada uno de ustedes demuestre el mismo empeño hasta el final, para que se cumpla su esperanza; y no sean indolentes, sino imiten a los que, con fe y perseverancia, consiguen lo prometido.
Cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, no teniendo a nadie mayor por quien jurar, juró por sí mismo, diciendo: «Te llenaré de bendiciones y te multiplicaré abundantemente»; y así, perseverando, alcanzó lo prometido. Los hombres juran por alguien que sea mayor, y, con la garantía del juramento, queda zanjada toda discusión.
De la misma manera, queriendo Dios demostrar a los beneficiarios de la promesa la inmutabilidad de su designio, se comprometió con juramento, para que, por dos cosas inmutables, en las que es imposible que Dios mienta, cobremos ánimos y fuerza los que buscamos refugio en él, aferrándonos a la esperanza que tenemos delante. La cual es para nosotros como anda del alma, segura y firme, que penetra más allá de la cortina, donde entró, como precursor, por nosotros, Jesús, Sumo Sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial: 110, 1-2.4-5.9 y 10c
R/. "El Señor recuerda siempre su alianza."
Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea. Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman. R/.
El Señor ha hecho maravillas memorables, es piadoso y clemente: El da alimento a sus fieles, recordando siempre su alianza. R/.
Envió la redención a su pueblo, ratificó su alianza para siempre; su nombre es sagrado temible; la alabanza del Señor dura por siempre. R/.
Evangelio: Mc 2, 23-28
Lectura del Santo Evangelio según san Marcos
Un sábado atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancado espigas. Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿porque hacen en sábado lo que no está permitido?» Jesús les respondió: «¿No han leído nunca lo que hizo David cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempos del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes y les dio también a sus compañeros.»
Y añadió Jesús: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. Así que el Hijo del hombre también es señor del sábado».
Palabra del Señor
“Es que la Ley del Sábado debe estar al servicio de la vida y de la fraternidad” (Mc 2, 23-28)
En nuestra vida de fe nos encontramos, con relativa frecuencia, con personas muy obedientes y de sincero corazón. Cristianos que, movidos por su fe, ponen todo su empeño en conocer más de Dios y sus preceptos, y como consecuencia de los conocimientos adquiridos, hacen hasta lo imposible para que las personas con las que se relacionan a diario vivan testimoniando dichos mandatos divinos. Estas personas desean un mundo mejor, pero olvidan por momentos que el verdadero cambio debe iniciar desde adentro, en sus corazones. Se olvidan que ¡el Hijo del Hombre es dueño del sábado!
Es que la Ley del Sábado debe estar al servicio de la vida y de la fraternidad. La vida humana siempre prima. No hay nada que supere la fuerza del amor hacia la vida, y por tanto, Jesús luchó la vida entera por estar al servicio de la vida.
Conocer más sobre Jesucristo, su vida, pasión, muerte y resurrección nos facilita mucho el amarle y seguirle. Amar a Jesús y entrar en su dinámica de vida nos capacitará para poder luchar por las personas. No se trata de saber mucha teología, ni de tener muchísimos conocimientos, sino más bien, dejarnos arrastrar por el testimonio del Resucitado que nos hace ser luz para poner en primer lugar la vida desde la concepción hasta el día del último suspiro.
Nada ni nadie debe estar por encima del amor de Dios que vino a superar cualquier tradición, creencia o poder que atente contra la dignidad y salud integral del ser humano.
(Guía Mensual)
“Señor, haznos dóciles a tu Espíritu para que podamos estar siempre alegres y a tu lado ✍