Internacionales

“Solo somos instrumentos, vehículos para que Dios se exprese” (Jn 12, 44-50)

LA PALABRA DIARIA

Miércoles, IV Semana de PASCUA

Color: BLANCO

28 de abril de 2021

Primera Lectura: Hc 12,24-13,5a
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles

En aquellos días, la palabra de Dios iba creciendo y se multiplicaba. Cuando cumplieron su servicio, Bernabé y Saulo se volvieron de Jerusalén, llevándose con ellos a Juan, por sobrenombre Marcos.
En la Iglesia de Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, llamado Níger; Lucio, el de Cirene; Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo.
Un día que estaban celebrando el culto al Señor y ayunaban, dijo el Espíritu Santo:
«Apártenme a Bernabé y a Saulo para la tarea a que los he llamado».
Volvieron a ayunar y a orar, les impusieron las manos y los despidieron. Con esta misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para Chipre.
Llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos, llevando como asistente a Juan.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 66,2-3.5.6.8
R/. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben

El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R/.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, y gobiernas las naciones de la tierra. R/.
Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman todos los confines del orbe. R/.

Evangelio: Jn 12, 44-50
Lectura del santo evangelio según san Juan

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas.
Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis Palabras tiene quien lo juzgue: la Palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre».

Palabra del Señor


“Solo somos instrumentos, vehículos para que Dios se exprese” (Jn 12, 44-50)

La iglesia de Dios sigue creciendo, se diversifican los ministerios y es notoria la organización de la comunidad. Todo gracias, entre otras cosas, al arrojo de los discípulos que no paran de anunciar el Evangelio insistiendo en que Jesús está vivo. Al anuncio de la Palabra acompaña la celebración litúrgica, la que no ha sido descuidada a pesar de las diferentes necesidades a las que han tenido que dar respuesta.
Chequeando la vida de Pablo y la forma en que fue llamado, concluimos que Dios tenía un plan con él. “Un día que estaban celebrando el culto al Señor y ayunaban, dijo el Espíritu Santo: «Apártenme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado»”. En los capítulos siguientes notaremos la obra maravillosa de Dios entre los paganos llevada a cabo con la colaboración de Pablo. Los riesgos en sus viajes, su tenacidad y pasión en la exposición de la Palabra, que lo lleva a conquistar el corazón de numerosas personas.
En el hermoso evangelio de hoy se destacan algunos elementos que bien merecen nuestra atención. Es fundamental la identificación de Jesús con su Padre y, de otra parte, mostrar su condición de enviado. De aquí se deriva una interesante reflexión en torno a la misión del que es enviado. Porque, ¿para qué fue enviado?
Jesús tiene una clara conciencia de misión y una pertenencia a un proyecto al que llama Reino de Dios. Para llevarlo adelante eligió a sus discípulos. A estos entusiasmó y hasta marcó de manera radical al extremo de que aquellos hombres no entendían su vida al margen de su maestro. Esto se nota luego en la primera predicación de Pedro y de sus compañeros, quienes llegaron a desafiar al poder político y religioso del momento.
En su misión evangelizadora Jesús es fiel al padre: “Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar”. Por tanto, es claro, que quien no recibe su mensaje no lo rechaza a Él, sino al que lo ha enviado. Ojalá quienes evangelizamos tuviéramos esto presente. Solo somos instrumentos, vehículos para que Dios se exprese y llegue al corazón de sus destinatarios. Por eso, no debemos enojarnos cuando algunas personas no acogen la Palabra, y mucho menos debemos juzgar.

(Guía Mensual)

“Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu”✍

@sabanetaprimero. 829-856-9362 El Whatsapp que te mantiene informado, agrégalo para que te lleguen las noticias al instante o simplemente para hacer noticia un hecho que ocurra en tu sector.

Publicaciones relacionadas

Deja un comentario

Botón volver arriba
A %d blogueros les gusta esto: