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“A veces somos tan incrédulos que no podemos percibir cómo el Señor se manifiesta en nuestras vidas” (Jn 14, 6-14)

LA PALABRA DIARIA

Lunes, V Semana de PASCUA

Color: ROJO

3 de mayo de 2021

San Felipe y Santiago, Apóstoles

Primera Lectura: 1Cor 15, 1-8

Lectura de la primera carta a los Corintios
Les recuerdo, hermanos, el Evangelio que les proclamé y que ustedes aceptaron y en el que están fundados, y que los está salvando, si es que conservan el Evangelio que les proclamé; de lo contrario, se ha malogrado su adhesión a la fe.
Porque lo primero que yo les transmití, tal como lo había recibido, fue esto: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se le apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales viven todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, después a todos los apóstoles; por último, como un aborto, se me apareció también a mí.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 18, 2-3. 4-5
R/. A toda la tierra alcanza su pregón
El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. R/.
Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.

Evangelio: Jn 14, 6-14
Lectura del santo evangelio según san Juan
En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: – «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocen a mí, conocerán también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto.»
Felipe le dice: – «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
Jesús le replica: – «Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras, Créanme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, crean a las obras. Se lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden algo en mi nombre, yo lo haré.»

Palabra del Señor


“A veces somos tan incrédulos que no podemos percibir cómo el Señor se manifiesta en nuestras vidas” (Jn 14, 6-14)

En este día celebramos la fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago. Felipe nació en Betsaida, y de discípulo de Juan el Bautista pasó a ser discípulo del Señor. Santiago, es el hijo de Alfeo, y le llamamos Santiago el Menor; se cree que era el primo de Jesús, y que después de la Ascensión aparece como responsable, obispo diríamos hoy, de Jerusalén, por eso acuden a él Pedro y Pablo.
Pablo, a través de esta primera lectura, nos recuerda que Jesús entregó su vida en un madero, símbolo de nuestra redención. Su crucifixión nos liberó de la esclavitud del pecado. ¿Cuántas personas han entregado su vida por otros? Podríamos mencionar los mártires, santos, nuestros patriotas, pero a diferencia de todos ellos, Él lo hizo por toda la humanidad (tanto los nacidos como los que están por nacer), y resucitando escogió a los apóstoles para que con su fe y testimonio prediquen y vivan que verdaderamente Él es el Hijo de Dios.
Así que recordemos que esta Buena Nueva no solamente ha sido revelada a los que conocen la Palabra, sino también para todos los que no se consideran merecedores de su gracia. Él venciendo a la muerte, nos mostró que nuestra fe no ha sido en vano.
En este período de Pandemia, muchos hemos perdido el enfoque de hacia dónde ir; sin embargo, en el evangelio, Jesús proclama que Él es el camino, e invita a volver nuestra mirada a las huellas trazadas por Jesús en nuestra vida. Nos lleva a una vida más plena en aquel que es nuestra roca protectora, nuestro refugio, donde nos ponemos a salvo. Pero, a veces somos tan incrédulos que no podemos percibir cómo el Señor se manifiesta en nuestras vidas; nos quejamos de nuestras necesidades económicas, relaciones sociales y de salud. Pero, a pesar de todo ello, Él se mantiene como ese Padre amoroso y fiel, que no nos abandona y nos da la fuerza y sabiduría para seguir hacia adelante, venciendo todo obstáculo que se nos presente.
Así que cada vez que atravesemos por dificultades, debemos decir como Él: te amo, Tú eres mi roca, mi fortaleza y mi libertador. ¡Él nos concibió para que viviéramos felices sin temor, guiados por su verdad!

Oración:
Señor, Padre Nuestro, siendo tu Hijo el camino para llegar a Ti, concédenos continuar tus sendas hacia una conversión espiritual permanente. Señor Jesús, para que así sea, necesitamos que nos ayudes a conocer al Padre cada vez más y mejor, pues Tú mismo dijiste que nadie llega al Padre si no es por Ti. Tú eres nuestra luz y paz. Guía nuestros pies cansados y condúcenos por los caminos que nos lleven al Padre, porque Tú eres nuestro camino, verdad y vida. Amén.

(Guía Mensual)

“Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu”✍

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