i
No importa venus sensual lo que sientes,
cuando entregas tus besos compartidos;
si me iza el fuego de tus labios ardientes
y la solemnidad de tus místicos gemidos.
ii
Si me alimentan las mieles de tu pecho
y me trasportas a las calles de tu alma;
qué importa, si en la llama de tu lecho
convulsiona el lívido rocío de mi cama.
iii
Poséeme y olvídame después si es preciso,
ahora que viajo en el vaivén de tu recalzo;
llévame al cosmos donde habita el paraíso,
y crucifícame sobre el monte de tu regazo.
iv
Hagamos de esta entrega memorable
un océano de amor, de pasión y locura;
no importa si la noche se hace tarde
o si perezco en la fosa de tu ternura…
v
Nada importa lo que piense la gente
ni el dictamen de la sociedad perversa,
si el rocío de tu espasmo que no miente
preña de apetito mi virilidad indefensa.
vi
Poséeme ahora mi grácil alondra misionera,
y hagamos eterna esta entrega memorable;
pues mañana puede ser tarde y en la espera,
puede ser que nos azote la parca inexorable.
vii
Abrázame fuerte con las ganas de tu ser,
ahora que transito las calles de tu sexo;
enciendes la escena en tu llama de mujer,
y sepúltame en el paraíso de lo excelso.
viii
Abrásame y hazme cófrade de tu cofradía,
ahora que aparco en la pubis de tu sexo,
e instilas ubérrima con devoción y vesania,
dilatando el fuego intenso de tu cerezo.
ix
No importa venus sensual lo que sientes,
cuando entregas tus besos compartidos,
si me iza el numen de tus labios ardientes
y la intensidad de tus grávidos sentidos.
x
Poséeme ahora mi ardiente loba misionera,
y hagamos eterna esta entrega memorable;
pues mañana puede ser tarde y en la espera,
puede ser que nos azote la parca inexorable.
Prof. Juan C. Benzán
Distrito Municipal de Hato del Padre,
San Juan de la Maguana,
República Dominicana.