LA PALABRA DIARIA: SUBIR A JERUSALÉN (Jn 2,13-25)

III Domingo. Tiempo de CUARESMA. Ciclo B

Color: MORADO

7 de marzo de 2021

Primera Lectura: Éx 20 ,1-17
Lectura del libro del Éxodo
En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos, — figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra–. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen. Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos. No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso. Fíjate en el sábado para santificarlo.
Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos. Y el séptimo día descansó: Por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.
Honra a tu padre y a tu madre: así se prolongarán tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él.»
Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 18,8.9.10.11
R/. Señor, tú tienes palabras de vida eterna
La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R/.
Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos R/.
Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de un panal que destila. R/.

Segunda Lectura: 1 Cor 1.22-25
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios
Hermanos: Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los griegos; pero, para los llamados –judíos o griegos–, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

Palabra de Dios

Aclamación Jn 3,16
Tanto amo Dios al mundo que entregó a su Hijo único. Todo el que cree en Él tiene vida eterna

Evangelio: Jn 2,13-25
Lectura del santo evangelio según san Juan 2,13-25
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quiten esto de aquí; no conviertan en un mercado la casa de mi Padre.» Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?» Jesús contestó: «Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré.» Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?» Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que había dentro de cada hombre.

Palabra del Señor


SUBIR A JERUSALÉN (Jn 2,13-25)

Seguimos en este tiempo de cuaresma profundizando en torno a la palabra de Dios, ya adentrándonos un poco en este ambiente de recogimiento y contemplación. Justo estamos celebrando el tercer domingo de cuaresma y todo es nuevo en este proceso de crecimiento espiritual, por su parte se nos dirá en el Evangelio: “Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.”
El hecho de que Jesús se acerque a Jerusalén nos muestra que este hombre tenía un motivo de peso para hacerlo, pues, se acercaba la pascua de los judíos y Jesús era judío. Aprovecho aquí para recordar parte del evangelio del miércoles pasado: “En aquel tiempo, mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo: “Miren, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte.”
Es decir, que Jerusalén es visto con un doble sentido, por un lado, el lugar de la pascua, fiesta, compartir y encuentro y por el otro lado lugar de muerte, sacrificio, suplicio y entrega. Encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten esto de aquí; no conviertan en un mercado la casa de mi Padre”.
Vemos la acción de un Jesús aparentemente enojado, pero es aquel que conservó siempre la coherencia entre sus palabras y sus actos, con esta actitud demuestra que él es centinela y vela por la casa de su padre, por eso sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: “El celo de tu casa me devora.” Dios nos libre hoy de convertir la casa de Dios en un lugar de comercio, en un mercado, cuando esto pasa a ese acto impuro y deshonesto se le conoce como simonía. No se nos puede olvidar nunca que aquello que es santo debe conservar esa pureza y esa pulcritud, con el espíritu con que fue creado, es precisamente lo que galardona y embellece lo que ha sido declarado santo por Dios.
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: “¿Qué signos nos muestras para obrar así?” Jesús contestó: “Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré.” Los judíos replicaron: “Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?” Pero él hablaba del templo de su cuerpo.
Vamos a hacernos conscientes que el templo físico como el espiritual, no es para destruirlo, es para reconstruirlo y restaurarlo cada día, Jesús se refería a su persona como el templo espiritual, también tu y yo estamos llamados a ser templo espiritual y mutilar todo aquello que es amenaza y puede afectar esa armonía espiritual interna en nosotros.
“Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que había dentro de cada hombre”.
Finalmente podemos ver los frutos de una vida de evangelización, al percatarnos por la escritura del hagiógrafo, que muchos en Jerusalén creyeron en Jesús, por los signos que hacía, hoy nos corresponde a ti y a mi creer aun sin ver signos y señale, ya el signo y la señal más grande se nos dio, y es cuando en otro pasaje de la Biblia se nos dice con mucha propiedad: “Miren la Virgen está en cinta y darás a luz un niño y le pondrán por nombre Enmanuel Dios con nosotros”.

“Miren, estamos subiendo a Jerusalén…” (Mt 20,18)
Cuaresma: un tiempo para renovar la fe, la esperanza y la caridad”✍