LA PALABRA DIARIA: “Que no sea así entre nosotros” (Mt, 23, 1-12)

Martes, II Semana de CUARESMA

Color: MORADO

2 de marzo de 2021

Primera Lectura: Is 1,10.16-20

Lectura del libro de Isaías 1,10.16-20
Oigan la palabra del Señor, príncipes de Sodoma, escuchen la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra. «Lávense, purifíquense, aparten de mi vista sus malas acciones. Cesen de obrar mal, aprendan a obrar bien. Busquen la justicia, defiendan al oprimido, sean el abogado del huérfano, defensores de la viuda. Vengan entonces, y litigaremos —dice el Señor— Aunque sean sus pecados como púrpura, blanquearán como nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán como lana. Si saben obedecer, comerán de los frutos de la tierra; si rehúsan y se rebelan los devorará la espada —Lo ha dicho el Señor—».
Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 49,8-9.16bc-17.21 y 23
R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios
No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí. Pero no aceptaré un becerro de tu casa, ni un cabrito de tus rebaños. R/.
¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, tú que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos? R/.
Esto haces, ¿y me voy a callar? ¿Crees que soy como tú? Te acusaré, te lo echaré en cara. El que me ofrece acción de gracias, ése me honra; al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios» R/.

Evangelio: Mt 23,1-12
Lectura del santo evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a los discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: hagan y cumplan todo lo que les digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “maestro”. Ustedes, en cambio, no se dejen llamar “maestro”, porque uno solo es su maestro y todos ustedes son hermanos. Y no llamen padre nuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es su Padre, el del cielo.
No se dejen llamar jefes, porque uno solo es su Señor, Cristo. El primero entre ustedes será su servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor


“Que no sea así entre nosotros” (Mt, 23, 1-12)

El profeta Isaías invita a los habitantes de Sodoma y Gomorra a abandonar su vida de pecado en la que se encuentran sumergidos. Nos asegura el profeta que, por grandes que sean los pecados de una persona o de un pueblo, si se convierten, «quedarán blancos como la nieve». Eso sí, tienen que cambiar su conducta, abandonar el mal y comprometerse activamente en el bien: «escuchar la enseñanza de nuestro Dios… lavarse, purificarse, cesar de obrar mal, defender al oprimido, ser abogados del huérfano».
Jesús dirige la palabra a los discípulos y al pueblo para denunciar la conducta de escribas y fariseos y prevenir a los discípulos para que no se dejen contaminar.
Los escribas y fariseos eran aceptados por Israel como maestros legítimos de la Ley, encargados de estudiarla y explicarla al pueblo. Por eso, Jesús reconoce su magisterio y ordena al pueblo que cumpla con lo que ellos dicen. Claro, no todo lo que ellos dicen, ya que muchas cosas no tienen que ver nada con el espíritu de la Ley.
En efecto, escribas y fariseos habían constituido la ley en una carga insoportable para el pueblo, pero ellos mismos no cumplían. Jesús denuncia la hipocresía de estos "maestros" que no ayudan a llevar la carga que imponen a los demás, contraponiendo a esa carga el "yugo suave y la carga ligera" del Evangelio.
La vanidad y el orgullo desmedido, el afán de aumentar su prestigio ante el pueblo eran el motivo de una serie de prácticas exteriores de estos escribas y fariseos. Acostumbraban a llevar sobre la frente y en el brazo izquierdo unos pergaminos enrollados en los que estaban escritas palabras del Éxodo y del Deuteronomio. Colgaban del borde de su manto unas orlas que debían recordarles todos los preceptos de la ley.
Jesús critica todo ese interés en encumbrarse sobre los demás, pues uno es nuestro Padre y todos somos hermanos. La crítica de Jesús a letrados y fariseos es una crítica y una llamada de atención al clericalismo imperante en nuestros días, cuyo deseo de prestigio y poder presentan los mismos síntomas de los líderes religiosos del tiempo de Jesús. Que no sea así entre nosotros.

(Guía Mensual)

“Miren, estamos subiendo a Jerusalén…” (Mt 20,18)
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