Lunes, IV Semana. Tiempo Ordinario
Color: VERDE
1 de febrero de 2021
Primera lectura: Hb 11,32-40
Lectura de la carta a los Hebreos
Hermanos: ¿Para qué seguir? No me da tiempo de referir la historia de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas; estos, por medio de la fe, subyugaron reinos, practicaron la justicia, obtuvieron promesas, amordazaron fauces de leones, apagaron hogueras voraces, esquivaron el filo de la espada, se curaron de enfermedades, fueron valientes en la guerra, derrotaron ejércitos extranjeros; hubo mujeres que recobraron resucitados a sus caídos.
Pero otros fueron tundidos a golpes y rehusaron el rescate, para obtener una resurrección mejor. Otros pasaron por la prueba de la flagelación ignominiosa, de las cadenas y la cárcel; los apedrearon, los serraron, murieron a espada, rodaron por el mundo vestidos con pieles de oveja y de cabra, faltos de todo, oprimidos, maltratados —el mundo no era digno de ellos—, vagabundos por desiertos y montañas, por grutas y cavernas de la tierra.
Y todos estos, aun acreditados por su fe, no consiguieron lo prometido, Dios tenía preparado algo mejor para nosotros, para que ellos no llegaran sin nosotros a la perfección.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial: 30,20.21.22.23.24
R/. Sean fuertes y valientes de corazón, los que esperan en el Señor
Qué bondad tan grande, Señor, reservas para los que te temen, y concedes a los que a ti se acogen a la vista de todos. R/.
En el asilo de tu presencia los escondes de las conjuras humanas; los ocultas en tu tabernáculo, frente a las lenguas pendencieras. R/.
Bendito el Señor que ha hecho por mí prodigios de misericordia en la ciudad amurallada. R/.
Yo decía en mi ansiedad: «Me has arrojado de tu vista»; pero tú escuchaste mi voz suplicante cuando yo te gritaba. R/.
Amen al Señor, fieles suyos; el Señor guarda a sus leales, y a los soberbios los paga con creces. R/.
Evangelio: Mc 5,1-20
Lectura del santo evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, desde el cementerio, donde vivía en las tumbas, un hombre poseído de espíritu inmundo; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para domarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó a voz en cuello: «¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes». Porque Jesús le estaba diciendo: «Espíritu inmundo, sal de este hombre». Jesús le preguntó: «Cómo te llamas?». Él respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos». Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca.
Había cerca una gran piara de cerdos hozando en la falda del monte. Los espíritus le rogaron: «Déjanos ir y meternos en los cerdos». Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al lago y se ahogó en el lago.
Los porquerizos echaron a correr y dieron la noticia en la ciudad y en los campos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Se quedaron espantados.
Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su país. Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia». El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.
Palabra del Señor
“Estar alejado de Dios es vivir encadenado” (Mc 5,1-20)
Iniciamos hoy el mes de Febrero, y según nuestro itinerario de Evangelización para este año 2021, que nos invita a “Acoger y vivir el Reino de Dios en conversión permanente”, somos llamados a vivir el valor de la Justicia con el lema: “Practica la justicia y el derecho” (Cfr. Pro 21,3).
Vemos en el evangelio toda una escena que nos muestra cómo vivía este hombre que estaba endemoniado. La mirada en Jesús se convierte en una oportunidad para ser liberado. Los espíritus inmundos ya no tienen poder ni dominio absoluto sobre cualquier persona.
Cuando reconocemos a Jesús en nuestra vida sentimos en nuestro interior una revolución interna que nos va sacudiendo profundamente porque Jesús está obrando, sacando de nuestros corazones aquellos espíritus inmundos que nos han tenido esclavizados por un largo tiempo, aquellos demonios que nos han paralizado haciéndonos cristianos débiles, fríos, tristes, impidiendo en nosotros la libertad y la alegría que nos quiere dar Jesús en nuestra vida para que podamos ser cristianos valientes. Somos maltratados por el mundo, ya que un cristiano, que ame a Dios con su vida, odia lo que ofrece el mundo. Sólo necesitamos tener ese corazón valiente y esperar en el Señor, confiando en Él para así ser liberados por su amor y cercanía, liberando a otros de sus cadenas interiores con nuestras palabras, gestos, acciones; sobre todo, con ese testimonio que despierta en los demás ese deseo profundo de estar cerca de Dios, de encontrarse con Él y seguirle cada día.
Pues preguntémonos: ¿Cuáles son mis cadenas que llevo dentro? ¿Qué me pide Jesús para ser libre de ellas? ¿Cómo puedo liberar a otros a través de mi encuentro con Jesús?
Qué la gracia y la cercanía de Jesús que nos libera, colmándonos de su misericordia, nos ayude verdaderamente a dejarnos interpelar en nuestros corazones por Él, y nos dejemos realmente liberar de todas nuestras cadenas para así amarle con un espíritu que es vida y es valentía.
(Guía Mensual)
“Señor, haznos dóciles a tu Espíritu para que podamos estar siempre alegres y a tu lado ✍