“Existen muchas Herodías que intentan seducirnos” (Mc 6,14-29)

LA PALABRA DIARIA

Viernes, IV Semana. Tiempo Ordinario

“Existen muchas Herodías que intentan seducirnos” (Mc 6,14-29)

Memoria obligatoria: Santa Águeda, Virgen y Mártir

Color: ROJO

5 de febrero de 2021

Primera lectura: Heb 13,1-8

Lectura de la Carta a los Hebreos
Hermanos: Conserven el amor fraterno y no olviden la hospitalidad; por ella algunos recibieron sin saberlo la visita de unos ángeles. Acuérdense de los que están presos, como si estuvieran presos con ellos; de los que son maltratados, como si estuvieran en su carne. Que todos respeten el matrimonio, el lecho nupcial que nadie lo mancille, porque a los impuros y adúlteros Dios los juzgará. Vivan sin ansia de dinero, contentándose con lo que tengan pues él mismo dijo: «Nunca te dejaré ni te abandonaré»; así tendremos valor para decir: «El Señor es mi auxilio: nada temo; ¿qué podrá hacerme el hombre?» Acuérdense de sus jefes, que les anunciaron la palabra de Dios; fíjense en el desenlace de su vida e imiten su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 26, 1.3.5.8b-9abc
R/. "El Señor es mi luz y mi salvación."
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R/. R/.
Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la guerra, me siento tranquilo. R/.
Él me protegerá en su tienda el día del peligro; me esconderá en lo escondido de su morada, me alzará sobre la roca. R/.
Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches. R/.

Evangelio: Mc 6,14-29
Lectura del santo evangelio según san Marcos
En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: «Juan Bautista ha resucitado, y por eso los poderes actúan en él.» Otros decían: «Es Elías.» Otros: «Es un profeta como los antiguos.»
Herodes, al oírlo, decía: «Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.» Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Felipe y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.
El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.» Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.» Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?» La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.» Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.» El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. Enseguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

Palabra del Señor


“Existen muchas Herodías que intentan seducirnos” (Mc 6,14-29)

No hay mayor gozo que morir por Cristo. Es por eso por lo que el evangelista Marcos narra la muerte de Juan el Bautista. Existen muchas Herodías que intentan seducirnos, manipularnos para cortar, no nuestra cabeza, como le ocurrió a Juan, sino cortar de nuestros corazones a Dios. De diferentes maneras, vienen y acontecen esas Herodías. Es el egoísmo, la soberbia, el odio, el resentimiento, la apatía, la indiferencia, el placer desenfrenado, el individualismo, entre otros, que nos asesinan sin piedad, llevándonos a morir en vida, matando en nuestro espíritu la relación con el Dios de la vida que habita en nosotros.
Vemos hermanos de nuestra Iglesia, apáticos, indiferentes con las necesidades de la comunidad, que entienden que con ir a misa cumplieron con su vida cristiana, y tristemente lo que hacen es vivir una vida de fe mediocre y estéril. Por eso, muy claramente la carta a los Hebreos nos va a decir: "conserven el amor fraterno y no olviden la hospitalidad”; sólo desde la fraternidad podemos cortar y eliminar desde nuestro interior aquellas Herodías que nos roban la alegría y el gozo de sentirnos amados por Dios. Solamente desde ese amor genuino por el otro, es que podemos tener una fe auténtica, hasta el punto que nos configuremos con Cristo. Mantener esa luz que nos irradia fortaleza para no tener miedo, para no desmayar ante los momentos duros que muchas veces vivimos.
Les invito en este día, hermanos y hermanas, a hacer un momento de silencio y meditar ¿cuáles han sido mis denuncias que he hecho por Cristo? Y también ¿qué me hace falta para denunciar la verdad, como lo hizo Juan el Bautista? Por eso, vamos a pedirle al Señor Jesús que nos dé un corazón dócil, abnegado, para que anunciemos sin temor la verdad de Cristo confiados en su misericordia y en su amor.

(Guía Mensual)

“Señor, haznos dóciles a tu Espíritu para que podamos estar siempre alegres y a tu lado ✍