“Dios Padre ha revelado los secretos del reino a la gente sencilla”

2 diciembre 2025

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LA PALABRA CADA DÍA

I Semana. Tiempo de ADVIENTO

“Dios Padre ha revelado los secretos del reino a la gente sencilla”

Martes, 2 de diciembre del 2025

Color: MORADO

Primera lectura: Is 11,1-10
Lectura del Profeta Isaías

Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea.
La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente.
No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 71.2.7-8.12-13.17

R/. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente

Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R/.
Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R/.
Porque él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres. R/.
Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol: que él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.

Evangelio: Lc 10,21-24
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas
En aquel tiempo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó Jesús: "Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar".
Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: "¡Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que ven ustedes, y no lo vieron; y oír lo que oyen, y no lo oyeron".

Palabra del Señor


“Dios Padre ha revelado los secretos del reino a la gente sencilla”

La liturgia de la Palabra de hoy nos presenta al profeta Isaías que nos habla de ese clima de paz que caracteriza a todo aquel que tiene a Dios en su corazón. Dios regala sus dones a la gente humilde y sencilla de corazón. El profeta Isaías, uno de los grandes protagonistas de este tiempo de Adviento, nos dice que el mesías esperado vendrá a restaurar todas las cosas. Nos hará volver a la justicia de Dios que se expresa en el amor, el perdón y sobre todo en la misericordia infinita. Jesús nos ha invitado a buscar el Reino de Dios y su justicia (cf. Mt 6,33).
Este deseo queda recogido en el salmo responsorial, cuando dice: que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente. ¡Cuánto tenemos que seguir creciendo en esa dimensión! Qué lejos a veces estamos de ser justos y de vivir en la justicia.
Por su parte, el Evangelio, nos muestra a un Jesús que se llena de alegría en el Espíritu Santo por saber que Dios Padre ha revelado los secretos del reino a la gente sencilla, a la gente que vive en paz con Dios, consigo mismo y con los demás. El papa Francisco de feliz memoria, nos insistió a que vivamos el Evangelio con alegría. San Pablo nos recuerda que debemos estar siempre alegres (cf. 1 Tes 5,16). Jesús nos hace ver que a los que son humildes de corazón, Dios Padre les ha entregado el Reino de los Cielos.
Nosotros somos dichosos y bienaventurados porque tenemos la gracia de escuchar la Palabra de Dios y de recibir su cuerpo y su sangre en la sagrada eucaristía, donde el mismo Jesús se nos da bajo las apariencias del pan y el vino. Somos dichosos porque podemos ver el rostro de Jesús en los hermanos, especialmente en los más pobres y necesitados, cuando los servimos con amor, caridad y dedicación.
El papa León XIV, con la encíclica Dilexi te, nos anima en esa dirección, pues no se puede separar la fe del amor por los pobres. ¡Qué gran secreto revelado por Dios a la gente sencilla, descubrir la presencia de Jesús en la humildad del pan y del vino y en el amor incondicional al prójimo!
En este tiempo de Adviento pidámosle a Jesús que nos ayude ser más sencillos y humildes, menos arrogantes y altaneros, más dóciles a su palabra y más parecidos Él, que por nosotros vivió, murió y resucitó. Qué el Señor nos ilumine siempre con su gracia. Amén.

(Guía Litúrgica)

“La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes” (2 Cor 13, 13) ✍

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