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“Dar la vida. Eso es la misión” (Mc 10, 35-40)

LA PALABRA DEL DOMINGO

XXIX Domingo. Tiempo Ordinario. Ciclo B

Color: VERDE
17 de octubre de 2021

Primera Lectura: Is 53,10-11
Lectura del Libro del profeta Isaías

El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años; lo que el Señor quiere prosperará por sus manos. A causa de los trabajos de su alma, verá y se hartará; con lo aprendido mi Siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 32,4-5.18.19.20 y 22
R/. Que tu misericordia, Señor venga sobre nosotros, como lo esperamos de Ti.

Aclamen, justos, al Señor, que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia. Para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
Nosotros aguardamos al Señor: Él es nuestro auxilio y nuestro escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R/.

Segunda Lectura: Hb 4,14-16
Lectura de la carta a los Hebreos
Hermanos: Mantengamos la confesión de nuestra fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse en nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Palabra de Dios

Evangelio: Mc 10,35-45
Lectura del santo evangelio según san Marcos

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos del Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir». Les preguntó: «¿Qué quieren que haga por ustedes?» Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús replicó: «Ustedes no saben lo que piden, ¿son capaces de beber el cáliz que yo he de beber o de bautizarse con el bautismo que yo me voy a bautizar?» Contestaron: «Lo somos.» Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberán, y se bautizarán con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo; está ya reservado.»
Los otros diez al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús reuniéndoles, les dijo: «Ustedes saben que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes les oprimen. Ustedes nada de eso: el que quiera ser grande, sea su servidor; y el que quiera ser el primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.»

Palabra del Señor


“Dar la vida. Eso es la misión” (Mc 10, 35-40)

Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, camino a Jerusalén, cuando Él les ha dicho que va a padecer, les piden puestos de honor.
El honor, en cristiano, es el fruto del seguimiento de Jesús y no son honores como los entendemos en el mundo, el honor, de Jesús, es el de dar la vida por los demás.
Cuando contemplamos la cruz de Cristo, todos nosotros nos sentimos profundamente orgullosos de Jesús que dio la vida por nosotros.
Te invito a que hoy agarres una cruz y la contemples: Jesús ha dado la vida por ti, por tu familia, por los que amas y los que ni conoces. En esa oración descubrimos un consuelo que nadie más nos puede dar, porque llega desde lo más profundo de nuestro corazón.
“¿Puedes beber el cáliz que yo he de beber?”. Esa misma pregunta, nos la hace Jesús a ti y a mí. ¿Podemos dar la vida por el Señor? ¿Podemos dar la vida por los demás?
Dar la vida. Eso es la misión.
Jesús, una vez más nos está invitando a darlo todo y, cuando lo damos, nos sorprendemos descubriendo que no hemos perdido nada, sino que lo hemos ganado todo. Porque Dios no se hizo hombre para hacernos la vida difícil, sino para que, entregándonos, como ofrenda, a Él lo ganemos todo. Aquí el ciento por uno y después la vida eterna.

(Guía Mensual)

“Que el Dios de la Vida te colme con su alegría y con su paz y te conceda la salud”✍

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