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ARTÍCULO: MADRE MIA, ¡ANOCHE SOÑE CONTIGO MADRE!; POR JUAN BENZÁN.

!Anoche soñé que no soñaba!

Te vi levantada de la estancia de ese mueble donde permaneces postrada en la senilidad de tus 96 años de edad, bajo el lecho lóbrego de tu delicado estado de gravedad. Te observé abrir los ojos por completo y caminar vigorosa y sonriente como antes lo hacías, extendiendo con plena lucidez entre abrazos y besos fraternos, ese caudal inexhausto de inmensurable ternura que fecundiza más allá del umbral de tu alma blanca de ser mortal.-

Anoche percibí que sigues siendo vigorosa y que prolongaste la vida; que sucumben lentas las parcas horas sobre el retinto presagio en que aletean, pernoctan y amanecen las alas de la ilusión perdida, y que se incrementan largos los cortos días de tu sacrosanta presencia, infringiendo la presagiada llegada de la parca inexorable.-

Anoche me sentí un párvulo recién nacido hurgando el delicioso alimento en las mieles de tu pecho de madre abnegada, y percibí que El Omnipotente te obsequió nueva vida, que eres más solemne que la solemnidad misma, y que aún nos aguarda mucho lapso de tu presencia física sobre la faz de la tierra que nos sirve de soporte.-

Anoche abandoné repentinamente mi perpetua concepción de que la vida es un soplo brusco hacia la muerte; un simple peldaño de rocas carcomidas por el tiempo; un irónico fantasma que sólo funge ser realista; o un canto precoz de instrumentos musicales, exento de música y de sinfonía. –

En la excelsitud de mi sueño te concebí eterna más allá de la vetustez del calendario y del delicado procedimiento cardiovascular a que fuiste sometida, donde el extraordinario paradigma de tu ejemplo aunó un nuevo premio a tu fructífera existencia, como insoslayable aliciente a la convulsa existencia mía, que es la simple vívida extensión de tu existencia.-

Anoche fui cabalmente feliz y sentí el halo sempiterno de la alegría hecha mujer, de la ternura hecha mujer, del amor genuino hecho mujer: de la mujer hecha Madre.-

Anoche desperté soñando y soñando desperté; con un raudal de lágrimas emotivas enjugadas en el mástil de mis pupilas soñolientas abrigué en lo más recóndito de mi palpitante corazón desde hace tiempo compungido, el añejo misterio de un misticismo indescifrable preñado de ubérrima alegría, de amargura y de tristeza al tiempo mismo, que desde hace algunos años sondea lo insondable en las pulsiones de vida y de muerte transitando en el día-noche de mis entrañas altamente entristecidas.-

Anoche soñé contigo madre amada; me estremeció el regocijo salpicado de lágrimas emotivas instilando en lo más recóndito de mi ¨ser¨ y ¨no ser¨, ipso facto que una ingente esperanza irradiaba sobre el cielo cristalino de la tierna sonrisa de mi abnegada y bella afligida hermana Francis. –

Dentro de la utopía del milagro de mi sueño, preñado de inusitada esperanza estreché las manos bienhechoras de la meritísima prima Graciosa, esculpí mm de abrazos sempiternos sobre los hombros de las solidarias Carmen Bienvenida Báez y Aracelis, de las valiosas Diomerys y Esthervina (las que te alimentan y cuidan madre mía), al unísono que un intenso mar de inconmensurable ternura izaba alegría sobre todas las neuronas de mi cerebro e iluminó de taciturna certeza el loa de un milagro consagrado. –

Madre mía; madre santa, Santa Madre; anoche soñé que no soñaba; que mi hermoso sueño era la feliz cristalización de una tangible realidad oteando sobre el horizonte que limita lo posible y lo imposible, esculpiendo barreras infrangibles sobre el trayecto inefable que separa y une los senderos indestructibles que conducen hacia la vida y hacia la muerte.

Anoche desperté soñando, y soñando desperté…-

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