América Latina y el Caribe cuentan con un potencial estratégico único en minerales críticos, incluidos los denominados “tierras raras”, fundamentales para la transición energética y la revolución tecnológica global, según un análisis publicado por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe.
Las tierras raras, un grupo de 17 elementos químicos esenciales para la fabricación de turbinas eólicas, vehículos eléctricos, baterías recargables y pantallas electrónicas, se encuentran en abundancia relativa en la región, aunque su extracción y procesamiento requieren tecnología especializada.
«Estos elementos incluyen a los 15 lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio) junto con el escandio y el itrio, que suelen encontrarse en los mismos yacimientos y comparten propiedades químicas.
Estos metales poseen características únicas, como su capacidad para formar imanes potentes, resistir altas temperaturas y mejorar la eficiencia energética, lo que los hace necesarios para la fabricación de turbinas eólicas, vehículos eléctricos, baterías recargables, pantallas electrónicas y múltiples tecnologías estratégicas para la transición energética.
No se han encontrado sustitutos de estos elementos en el sector, por lo que se estima que su demanda siga aumentando», citó
Además de estos elementos, minerales como litio, cobre, níquel y aluminio son clave para la transición energética y forman parte del grupo conocido como “minerales críticos”.El informe de la CAF destaca que países como Bolivia, Argentina y Chile lideran las reservas de litio, mientras que Chile y Perú son potencias en cobre.
Brasil concentra una gran proporción de níquel y tierras raras, y Cuba ocupa el tercer lugar mundial en cobalto, evidenciando el peso estratégico de la región en la economía global de minerales críticos.

La CAF advierte que, para aprovechar plenamente esta oportunidad histórica, la región debe trascender el modelo extractivo y desarrollar capacidades industriales y tecnológicas locales. Entre las recomendaciones se incluyen:
- Procesamiento local de minerales y tierras raras para reducir la dependencia de proveedores externos y generar mayor valor agregado.
- Impulso a la industria de baterías y electromovilidad, con polos industriales que incluyan producción de celdas, cátodos y vehículos eléctricos.
- Economía circular, promoviendo el reciclaje de baterías y la recuperación de minerales estratégicos a partir de residuos electrónicos.
El análisis también subraya la concentración de la producción y refinación de tierras raras en China, que controla más del 80% del mercado mundial pese a tener solo el 40% de las reservas, lo que aumenta los riesgos geopolíticos y la vulnerabilidad de las cadenas de suministro.
Por ello, países como Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y Australia buscan diversificar sus fuentes de suministro, poniendo especial atención en América Latina y el Caribe.

CAF enfatiza que la explotación de estos minerales debe realizarse bajo un enfoque de sostenibilidad, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluyendo energía limpia, innovación industrial, producción responsable, acción climática y protección de ecosistemas terrestres.
El banco de desarrollo asegura que su rol no solo es financiar proyectos, sino también actuar como catalizador de transformación, orientando capital hacia iniciativas sostenibles, apoyando la innovación tecnológica y garantizando que el valor generado beneficie de manera equitativa a las comunidades de la región.