Los artistas dominicanos de merengue se han inmortalizados por seudónimos que hoy son parte de la cultura popular.
Esta tradición no solo eleva sus carreras, sino que también crea una conexión emocional con el público.
A lo largo de décadas, estos nombres alternativos han sido asignados por promotores, locutores, fanáticos y productores musicales.
Este artículo explora el origen de los seudónimos de los merengueros más trascendentales y quiénes están detrás de ellos. Tales casos como: “El Mayimbe”, “El Mayimbito”, “El caballo”, “Los dueños del swing”, La reina del merengue”, “La diva del merengue”, “El poder de New York”, “El hombre merengue”, “El cocotú mayor”, “El ejemplo”, “El maestro joven”, “El mandamás”.
Los seudónimos han ayudado a moldear la identidad artística de los exponentes del merengue, apodos que se convirtieron en marcas personales y símbolos de estatus dentro del género.
El Mayimbe: el título de jefe

Fernando Villalona es conocido como El Mayimbe, un término taíno que significa “jefe de aldea”. Fue el empresario Mateo San Martín quien le otorgó este seudónimo, que representa liderazgo y respeto.
El Mayimbito: el legado de su mentor

Alex Bueno recibió el seudónimo El Mayimbito de parte del público. Al haber formado parte de la orquesta de Villalona, el apodo surgió de manera natural como una forma de heredero del Mayimbe.
El Caballo: su energía arrolladora

El fenecido Johnny Ventura fue nombrado El Caballo por sus fanáticos. En una presentación con El Gran Combo de Puerto Rico, el público coreaba “Voy a mi caballo”, consolidando su apodo. La expresión dominicana “caballo” alude a alguien sobresaliente y talentoso.
Los dueños del swing: estilo inconfundible

Los Hermanos Rosario fueron bautizados como Los dueños del swing por Rafael Pina, productor puertorriqueño. Rafa Rosario adoptó el apodo con entusiasmo, convirtiéndolo en el sello de la agrupación.
La reina del merengue: una corona ganada

Milly Quezada recibió su título de La reina del merengue gracias a los locutores de Puerto Rico y el respaldo de la diáspora dominicana. Su manejador, Pedro Núñez del Risco, cuenta que Juan Luis Guerra afirmó que fue el pueblo quien la coronó.
La diva del merengue: su carisma

Miriam Cruz es reconocida como La diva del merengue, una expresión que destaca su belleza y talento. El apodo surgió de un presentador de Santiago durante una actuación memorable en el Monumento.
La voz más alta del merengue: su potencia vocal

El fenecido Rubby Pérez fue bautizado como La voz más alta del merengue por Raúl Grisanty. El propio Rubby relató que el apodo surgió por la intensidad de su voz, inconfundible en cualquier escenario.
El cocotú mayor: una estampa merenguera

Pochy Familia fue apodado El cocotú mayor por el disquero Mateo San Martín. La palabra “cocotuses” fue popularizada por Danilito Ruiz para describir a los integrantes de la Cocoband, y el seudónimo reforzó la marca del grupo.
El hombre merengue: el fénix de los ingenios

Kinito Méndez recibió el nombre El hombre merengue del locutor Rudy García, conocido como Ruddy Rudísimo, mientras transitaban por la avenida Lincoln. El apodo coincidió con el lanzamiento de su primer álbum como solista.
El ejemplo: una trayectoria impecable

Sergio Vargas fue nombrado El Ejemplo por Cholo Brenes. Durante una época de excesos de consumo de alcohol y sustancias prohibidas en la industria, Sergio fue reconocido por su conducta ejemplar y enfoque profesional.
El mismito sabor: la esencia del sabor de lo nuestro

Conjunto Quisqueya adoptó el eslogan El mismito sabor gracias a Adib Melgen, integrante del grupo. La frase representa su fidelidad a un estilo musical inconfundible.
El poder de New York: conexión total con la diáspora

La Gran Manzana fue nombrada El poder de New York por su creador Víctor Roque, quien quería que la agrupación simbolizara el merengue en la gran ciudad.
El maestro joven y su evolución

Bonny Cepeda recibió el apodo El maestro joven de Roberto Salcedo. Además, fue llamado El mandamás tras el éxito de su producción con ese nombre, en el año 1983.
Otros seudónimos destacados de artistas dominicanos
Existen otros sobrenombres populares cuyos orígenes no han sido documentados completamente, pero siguen siendo parte de la historia del merengue:
El galán del merengue (Eddy Herrera)
El brujo (Cuco Valoy)
El sinsonte (Ray Polanco)
La maidita (Vickiana)
La vieja Fefa (Fefita la Grande)
El amarillo y El Prodigio (Krency García)
El Canario (José Alberto)
El uso de seudónimos ha reforzado la conexión entre los artistas dominicanos y su público. Estos nombres crean una narrativa más allá de la música, donde cada artista representa un símbolo cultural.
Los seudónimos de artistas dominicanos son mucho más que apodos. Son construcciones simbólicas que han ayudado a consolidar carreras, elevar figuras y perpetuar la historia del merengue en la memoria colectiva.
Por: Carlos Osi Pérez