LA PALABRA CADA DÍA
XXVII Semana. Tiempo Ordinario
“Es en la comunión con Dios que encontramos la fortaleza”
Martes, 10 de octubre del 2023
Color: VERDE o BLANCO
Primera lectura: Jon 3, 1-10
Lectura del Profeta Jonás
De nuevo vino la palabra del Señor a Jonás y le dijo: «Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar allí el mensaje que te voy a indicar». Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad durante un día, pregonando: «Dentro de cuarenta días Nínive será destruida». Los ninivitas creyeron en Dios: ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños. Llegó la noticia al rey de Nínive, que se levantó del trono, se quitó el manto, se vistió de sayal, se sentó sobre ceniza y en nombre suyo y de sus ministros mandó proclamar en Nínive el siguiente decreto: «Que hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban. Que todos se vistan de sayal e invoquen con fervor a Dios, y que cada uno se arrepienta de su mala vida y deje de cometer injusticias. Quizá Dios se arrepienta y nos perdone, aplaque el incendio de su ira y así no moriremos». Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, cambió de parecer y no les mandó el castigo que había determinado imponerles.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial: 129, 1-2.3.4.7bc-8
R/. Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?
Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. R/.
Si llevas cuentas de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. R/.
Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos. R/.
Evangelio: Lc 10, 38-42
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta, se multiplicaba con el servicio; hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano». Pero el Señor le contestó: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán».
Palabra del Señor
“Es en la comunión con Dios que encontramos la fortaleza”
La lectura de Marta y María es una lección poderosa que nos ofrece Jesús sobre las prioridades en la vida cristiana. Se nos invita a reflexionar sobre cómo equilibramos nuestras ocupaciones diarias con nuestra relación con Dios.
Marta, al recibir a Jesús en su casa, muestra una actitud admirable de servicio y hospitalidad. Ella se esfuerza por atender las necesidades de su invitado y su preocupación por hacer todo correctamente es evidente. Es una imagen de dedicación y diligencia en nuestro servicio a los demás, que es una parte esencial de la vida cristiana. Marta representa el deseo de servir a Dios a través de nuestras acciones y deberes cotidianos.
Por otro lado, María toma una decisión diferente. En lugar de ayudar a Marta en las tareas domésticas, elige sentarse a los pies de Jesús y escuchar sus enseñanzas. María busca una relación más profunda con el Señor, priorizando el tiempo de comunión con Él sobre las preocupaciones mundanas. En este gesto, María nos muestra la importancia de la contemplación, la oración y la búsqueda de la sabiduría espiritual. Ella representa la necesidad de nutrir nuestra vida interior y nuestra conexión con Dios.
Jesús, con su respuesta a Marta, nos da una guía clara sobre lo prioritario. Él no desestima el servicio y el trabajo de Marta, pero señala que solo una cosa es necesaria: escuchar su Palabra. Esta "parte mejor" a la que se refiere Jesús es la relación íntima con Dios a través de la escucha de su Palabra. Nos recuerda que, aunque las responsabilidades cotidianas son importantes, no deben eclipsar nuestra relación con Dios.
Esta lectura nos desafía a encontrar un equilibrio entre el servicio activo y la contemplación en nuestra vida cristiana. Es un recordatorio (de) que, mientras realizamos nuestras tareas diarias y cuidamos (de) nuestras responsabilidades, debemos tomar tiempo para estar en la presencia de Dios, escuchar su Palabra y nutrir nuestra alma. Es en la comunión con Dios que encontramos la fortaleza y la dirección para llevar a cabo nuestro servicio de una manera significativa y llena de amor.
En última instancia, la historia de Marta y María nos llama a evaluar nuestras propias prioridades y a recordar que, en medio de nuestras ocupaciones, la búsqueda de Dios debe ser lo primero. Al hacerlo, encontramos la paz, la sabiduría y la fortaleza para vivir una vida cristiana plena y equilibrada.
(Guía Litúrgica)
“La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre, y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes” (2 Cor 13, 13)✍