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“Aprendamos a escuchar la voz de Dios”.

LA PALABRA CADA DÍA

Solemnidad: La Anunciación del Señor

“Aprendamos a escuchar la voz de Dios”

Color: BLANCO

Viernes, 25 de marzo del 2022

Primera lectura: Is 7, 10-14;8,10
Lectura del Profeta Isaías

En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz: "Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo." Respondió Acaz: "No la pido, no quiero tentar al Señor." Entonces dijo Dios: "Escucha, casa de David: ¿No les basta cansar a los hombres, que cansan incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, les dará una señal: Miren: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".

Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 39,7-8a.8b-9.10.11
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, / y, en cambio, me abriste el oído; / no pides sacrificio expiatorio, / entonces yo digo: "Aquí estoy." R/.
"-Como está escrito en mi libro- / para hacer tu voluntad." / Dios mío, lo quiero, / y llevo tu ley en las entrañas. R/.
He proclamado tu salvación / ante la gran asamblea; / no he cerrado los labios: / Señor, tú lo sabes. R/.
No me he guardado en el pecho tu defensa, / he contado tu fidelidad y tu salvación, / no he negado tu misericordia y tu lealtad / ante la gran asamblea. R/.

Segunda lectura: Hb 10, 4-10
Lectura de la Carta a los Hebreos

Hermanos: Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados. Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: "Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad."
Primero dice: "No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias", que se ofrecen según la Ley. Después añade: "Aquí estoy yo para hacer tu voluntad." Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Palabra de Dios

Evangelio: Lc 1, 26-38
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas

A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin." Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?"
El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible." María contestó: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor


“Aprendamos a escuchar la voz de Dios”

Celebramos hoy el gran misterio de la Encarnación del Verbo. Benedicto XVI afirma: «En esta breve frase: “El Verbo se hizo Carne”, está el corazón de la fe cristiana». En efecto, creemos en un Dios que por amor al hombre se hizo uno entre nosotros, para elevar la naturaleza humana a la dignidad de Hijos de Dios. Con la Encarnación se inicia la Nueva Creación, de ella participamos nosotros por el bautismo: somos hijos de Dios y Dios es uno entre nosotros.
Las lecturas de este día hacen referencia a este gran e insondable misterio. Isaías, anuncia al rey Ajaz como prueba de que Dios le va a ayudar en la batalla, que cumplirá su promesa sobre la dinastía de David: Ajaz tendrá descendencia y, por tanto, el trono de David continuará en ella. Esta promesa no es sólo para el rey Ajaz, tiene dimensiones de futuro. En el Evangelio vemos la plenitud del cumplimiento de este anuncio: Jesús es el Enmanuel, el Dios-con-nosotros, que nace de una Madre Virgen.
Tanto la lectura de la carta a los Hebreos, como del Evangelio de Lucas, traen grandes mensajes al respecto, pero vamos a destacar uno: La aceptación de la voluntad de Dios por Cristo y por María. En Hebreos, leemos estas palabras puestas en boca de Cristo: “Aquí estoy ¡Oh Dios! para hacer tu voluntad” y Lucas en boca de María: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”. Por la oblación del cuerpo de Jesús quedamos santificados, somos salvados; por el Sí de María, se realiza el gran misterio de la Encarnación, comienza una nueva creación, ella pone una célula humana que Dios en su infinito amor, la toma para hacerse hombre.
Si por la desobediencia de Adán y Eva, vino el pecado y la muerte al mundo; por la obediencia de Cristo, y el sí de María, nos viene la salvación y la vida. María se convierte en Madre de Dios y madre nuestra, por su escucha obediente.
Aprendamos a escuchar la voz de Dios, Él sigue llamando, respondamos como María, con generosidad y sencillez. Tal vez por nuestra respuesta obediente, el Señor quiere realizar grandes cosas, que Él tiene reservadas. No olvidemos, Dios respeta siempre nuestra libertad, pero realiza obras grandes por medio de quienes, obedientes a su Palabra, responden con un sí generoso, como lo hizo María.

(Guía Mensual)

“Que Dios llene de paz tu casa y te bendiga grandemente, Él que vive y ama por los siglos de los siglos. Amén” ✍

Categorías: Internacionales
Melvin Mix:
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